Lambayeque
ha sido el centro principal del curanderismo y la magia en el antiguo Perú. Las
evidencias más antiguas de este hecho se encuentran en los restos de cerámica.
Existen ceramios Moche describiendo escenas de curaciones mágicas e incluso
representaciones del cacto conocido como "San Pedro" (Tríchocereus
pachanoí), con el que se prepara una bebida alucinógena de gran importancia
ritual. Pero, además, los curanderos tienen gran acogida y éxito entre la
población, pues atienden en su mayor parte cuadros de naturaleza psicosomática
(a los que atribuyen un origen mágico) que los médicos occidentales no suelen
atender debido a su formación puramente organicista, como el "mal de
ojo", el "cuaque", el "daño" (causado por un brujo
"malero"), la "muchaca" (causada por el contacto accidental
con los restos de una "limpía"), etc.
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